¿MI NIÑO NECESITA UNA CIRUGIA?
Los padecimientos o enfermedades en la edad pediátrica que derivan en algún procedimiento o intervención quirúrgica son muy diversos, siempre han existido y seguirán existiendo. Los avances de la ciencia cada vez nos permiten hacer diagnósticos más precisos y con ello también a edades más tempranas, incluso antes del nacimiento, y con ello obtener mejores resultados.
No es infrecuente que cualquiera de nosotros se haya enterado que iban a someter a una cirugía al hijo de algún conocido, familiar, vecino, compañerito de la escuela o bien incluso haberlo vivido en carne propia en algún momento de nuestra edad pediátrica. Pero sí es poco frecuente que nos preguntemos ¿quién lo va a operar?, ¿es la edad ideal para esta intervención?, ¿existe un cirujano especialista sólo en pacientes pediatricos? ¿es el lugar idóneo para una cirugía de estas características?, ¿la cirugía de un niño conlleva el mismo proceso que en un adulto?.
Lo más importante de todo, es entender en principio que el paciente pediátrico en cualquiera de sus edades “NO es un adulto pequeño”, “NO se les receta una o media cucharada”, “NO son las mismas estructuras anatómicas, pero en chiquito”, “NO es una cirugía más sencilla o menos compleja por ser pequeña”. El comportamiento y la respuesta fisiológica del niño es infinitamente distinta a la de un adulto, de ahí la necesidad de que sean atendidos por profesionales de la salud capacitados para ello.
El cirujano pediatra es el especialista en procedimientos quirúrgicos durante la edad pediátrica (desde el día uno de vida hasta los 18 años de edad), que para poder ejercer su función requiere una preparación profesional de entre 13 y 15 años, y posterior a ello, se tuvo que haber certificado por alguna organización civil avalada por el gobierno para ejercer dentro de los parámetros mínimos de seguridad, calidad y responsabilidad médica. Finalmente, pero no menos importante, el cirujano pediatra se rodea de un equipo médico calificado y afín a su especialidad (anestesiólogo pediatra, intensivista pediatra, enfermeras pediátricas, etc) con el mismo grado de profesionalización.
Los padecimientos más frecuentes en la edad pediátrica que requieren de algún procedimiento quirúrgico son: fimosis (circuncisión), hernias inguinales, hidrocele, testículos no descendidos, torsión testicular (escroto agudo), estenosis hipertrófica de píloro, hernia umbilical, quistes subcutáneos, quiste de cola de ceja, hipertrofia amigdalina-adenoides, divertículo de Meckel, invaginación intestinal, quiste tirogloso, apendicitis, patología ovárica, tumores y malformaciones del nacimiento; entre otras no menos importantes pero sí de mayor complejidad.
La mayoría de estos padecimientos se pueden resolver con procedimientos quirúrgicos de corta estancia o ambulatorios, siempre y cuando sean realizados por personal calificado en instalaciones y con equipos adecuados para la edad de tu paciente; otros de ellos, afortunadamente los menos frecuentes, sí requerirán de algunos días de hospitalización.
En las manos correctas, la cirugía pediátrica, no tiene por qué ser una experiencia aterradora